Sobre la nueva ley de CULTUR

El pasado mes de julio fue aprobada por unanimidad en el Congreso del Estado de Yucatán la nueva Ley del Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos del Estado de Yucatán, suscrita por los ciudadanos Ivonne Aracelly Ortega Pacheco y Víctor Manuel Sánchez Álvarez, Gobernadora Constitucional y Secretario General de Gobierno del Estado de Yucatán respectivamente.

El Patronato Cultur, como normalmente se le conoce a este organismo, es un ente único en el país que permite a los yucatecos, entre otras cosas, obtener recursos monetarios de su patrimonio cultural. En otras entidades del país es únicamente el INAH quién asigna un precio a ciertas zonas arqueológicas, museos u otros sitios de importante valor cultural para el país. En Yucatán tienen presencia tanto el INAH y como el Patronato Cultur, inclusive en el mismo sito, como es el caso de Chichén Itzá, donde para poder ingresar al sitio arqueológico se paga a ambas instituciones una cantidad que en total puede ascender a 177 pesos por persona.

La nueva Ley del Patronato Cultur tiene modificaciones importantes, de las cuales destaco las siguientes:

1. Expande sus atribuciones sobre el tipo de recursos que puede administrar. Originalmente consideraba los recursos arqueológicos y "turísticos", ahora incorpora los recursos coloniales, históricos y culturales (Artículo 3, fracción I).

2. Especifica atribuciones concretas en materia de promoción y difusión turística de los recursos anteriores tanto a nivel nacional como internacional (Artículo 3, fracciones IV y X).

3. Agrega un perfil para el puesto de Director General el cual excluye a todo miembro de la sociedad que no haya tenido experiencia en la administración pública (Artículo 14, fracción III).

4. Incorpora al Consejo Empresarial Turístico de Yucatán, A.C. a la junta de gobierno del Patronato (Artículo 6).  

Me parece que las atribuciones actuales del Patronato Cultur difieren poco de las que tiene actualmente la SEFOTUR. De no existir una clara y compartida visión a futuro del turismo y si no hay buena coordinación entre estos dos organismos se podría generar un mensaje confuso hacia el sector privado y hacia la sociedad sobre quién dirige el destino turístico del Estado.

Incertidumbre es lo menos que necesitamos ante un panorama tan complejo en el que los destinos más competitivos serán los que se mantengan en la preferencia de los consumidores. Para el sector privado la incertidumbre se traduce en retrasos para la toma de decisiones, dificultad en la comunicación con las autoridades y mayor esfuerzo y desgaste para lograr menores o iguales resultados.

Me parece que el perfil de director general que se aprobó no ayuda a tener en ese puesto a la persona más preparada debido a que limita las posibilidades exclusivamente a gente con experiencia en la burocracia. En mi opinión, la persona que esté al mando de CULTUR debería tener, ante todo, un profundo y amplio conocimiento del turismo, además de una sólida preparación académica y profesional. 

Por último, la inclusión del CETUR en la junta de gobierno aproxima al empresariado a la toma de decisiones y al funcionamiento del patronato. La solicitud de ingreso se había realizado cuando menos desde 2008-2009 y fue reiterada por las mesas directivas siguientes hasta la solicitud enviada el pasado mes de marzo. Esperamos poder contribuir a la gobernanza y al desarrollo del sector turístico yucateco.  

Eduardo Seijo Solís
Presidente
CETUR